jueves, 9 de julio de 2009

CRIATURAS DE LA NOCHE 5: Sucubos, los demonios con cuerpo de mujer


κόλαση με το σώμα της γυναίκας

El súcubo (del latín succŭbus, de succubare, «reposar debajo»), según las leyendas medievales occidentales es un demonio que toma la forma de una mujer hermosa para seducir a los hombres, sobre todo a los sensibles e incluso a los monjes, introduciéndose en sus sueño y fantasías, para tener relaciones sexuales con ellos. De esta manera, absorben la energía del hombre para mantenerse, y a menudo, llegan hasta tal punto, que los enferman con distintas dolencias físicas y espirituales, y hasta pueden dejarlo agotado o incluso matarlo.

Los súcubos más conocidos son Lilith, Abrahel, Baltazo, Gabriela, Bietka, Filotano, Florina, Vasordiel, Mancerinio.... Uno de los más relevantes en la demonología es Lilith. En general son mujeres de gran sensualidad, persuasión y carácter emulativo. Lilith, se transformaba en una mujer de opulentas formas a la que gustaba seducir a los artistas para que la utilizasen como modelo en sus creaciones, especialmente si se trataba de motivos religiosos.

Según el Malleus Maleficarum, o Martillo de Brujas, los súcubos coleccionan el semen de los hombres con los que durmieron. Éste lo usarían para embarazar a las mujeres. Así, se suponía que los niños que serían engendrados, serían más susceptibles a la influencia de los demonios.

Según algunas creencias, los súcubos se podrían transformar en íncubus con el semen recientemente recogido impregnando a sus víctimas. Este hecho respondía a la creencia de que los demonios no podían reproducirse naturalmente, sin embargo los íncubos podrían fertilizar a las mujeres. El tener hijos con retraso mental o alguna deformidad era señal de que uno o ambos padres eran demonios.

En el siglo XVI, una talla de un súcubo fuera de una posada, indicaba que también funcionaba como burdel.

La palabra «súcubo» proviene de una alteración de succuba, procedente del latín y que significa prostituta. La propia palabra deriva del prefijo sub- que significa «debajo de, debajo», y del verbo cubo, que significa «yo quedo». Por lo que súcubo es alguien que queda bajo otra persona, mientras que un incubus (latín in-, la posición en este caso es «en la cima») es alguien que queda encima de otra persona .

La leyenda de los súcubos es una explicación del fenómeno de las poluciones nocturnas y la paralisis del sueño.

La apariencia de los súcubos varía, en general, tanto como la de los demonios; no hay ninguna apariencia o pintura definitiva. Sin embargo, se suelen pintar casi universalmente como mujeres seductoras desnudas con una belleza no terrenal, a menudo con alas demoníacas; de vez en cuando, en ellos se dan otros rasgos demoníacos, como pueden ser, los cuernos, una cola con una punta terminada en triángulo, con ojos de serpiente, cascos de caballo, colmillos, serpientes enrolladas a su cuerpo, etc. De vez en cuando, simplemente aparecen como una mujer atractiva en los sueños, en los que la víctima no puede deshacerse de ella, ni olvidarla. Los súcubos atraen varones y en algunos casos, el varón ha llegado a enamorarse de ella. Incluso fuera del sueño, ella no deja su mente. Siguen agotando lentamente la energía de su víctima.

En muchos manga, anime y videojuegos japoneses el súcubo se suele representar con unas grandes alas que crecen de su espalda.

Una versión conocida del súcubo en la creencia oriental es el um al duwayce (أٌم الدويس). Ésta retrata al súcubo como una mujer bonita, atractiva y perfumada que vaga por el desierto sobre un asno. Ella intenta atraer a los hombres, para así tener relaciones con ellos mientras, con la vagina dentada que posee —unas afiladas «navajas de afeitar» dentro de su vagina—, les rebana el pene, para así dejar al hombre agonizando de dolor. Habiendo dejado al hombre desvalido, ella toma la forma del hombre y lo mata. Algunos creen que además se los come vivos.

Ejemplos de súcubos extraídos de la mitología y folclore:

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